INVESTIGAR PARA TRANSFORMAR
“Yo no puedo darle nada que no exista ya dentro de usted. Yo no puedo
presentarle ninguna otra galería de cuadros que la de su alma (…) solo la
ocasión, el impulso, la clave. Yo he de ayudar a hacer visible su propio
mundo”.
Hermann
Karl Hesse, (1927). El lobo estepario.
Es
parte de la naturaleza del ser humano sentir curiosidad por su entorno,
observando los procesos que ocurren a su alrededor y dentro de sí mismo. Siempre
ha buscado formas de mejorar su calidad de vida, de facilitar su existencia relacionándose de diferentes formas con el medio
ambiente para satisfacer sus necesidades básicas transformando su realidad mientras
se apropia de los recursos que encuentra a su alrededor. De esta manera, intenta conocer y explicar
fenómenos naturales estableciendo teorías, enunciados, paradigmas y leyes que
le dan la sensación de seguridad y dan sentido a su paso por la vida.
Observar lo que
sucede alrededor. Hacerse preguntas. Contrastar con hechos y buscar argumentos
para las opiniones, son formas de conocer, actuar y relacionarse con el
entorno.
Se puede decir que la investigación es un
proceso sistemático, organizado y objetivo, que tiene como propósito responder
a una pregunta o hipótesis y de esta manera aumentar el conocimiento y la
información sobre algo desconocido. Es transformar, de forma controlada y
dirigida, una situación determinada.
La clave es
aprender a observar: un tema de interés, una necesidad en la comunidad, una
historia de vida, una moda, un hábito o una forma de comportarse. Observar la
realidad tiene un alto valor, porque el proceso de una investigación se inicia
a partir de datos verdaderos que provienen de lo cotidiano. Así empieza la
acción de investigar, es decir, de sacar a la luz aquello
que, hasta el momento, permanecía vedado para los demás.
El propósito de toda investigación es
transformar la consideración
materialista de la realidad, la importancia dada a la historia de los fenómenos
en estudio, la contextualización, la fundamentación teórica y la búsqueda de
explicaciones generalizables para realidades complejas. Se puede abordar
utilizándola como una herramienta para aumentar el conocimiento ya adquirido. Se
puede dar para lograr alcanzar objetivos.
En la investigación se pueden observar
varias etapas comunes, como lo es la planificación, que es la organización
clara y objetiva de lo que se quiere investigar (cómo, a quién, cuándo, dónde);
el protocolo de investigación, la ejecución, donde se aplica lo planificado; la
evaluación, supone la etapa final que valora lo realizado y se analiza la
información recolectada; y la publicación de los resultados, pues es útil para
otros estudios e investigadores.
Toda investigación es una interpretación
valorativa de la experiencia generando conocimientos nuevos a medida que se
sustenten. Es la construcción del conocimiento colectivo que emerge desde el
ámbito de lo real, que se bosqueja en las prácticas cotidianas en el marco de
una metódica que demanda de un sujeto activo participativo y protagónico porque
se reflexiona sobre la propia práctica, desde un pensamiento crítico que permite
comprenderla con el fin de volver sobre ella y transformarla a partir de
herramientas conceptuales y prácticas
Lo que ayuda a resignificar, redefinir
desde un accionar diferente, alternativo, que conduce hacer cosas distintas
para poder conocer distinto, como fundamento para crear una lógica diferente
que rompe con la investigación encadenada a una sola mirada, dando paso a
constituir una comunidad real de investigadores, donde se logra una interacción
entre los grupos de trabajo.
La investigación es educativa en el grado
que puede relacionarse con la práctica de la educación como ampliación de la
experiencia que informa la práctica, proporcionando el marco para la
investigación en la acción como un instrumento para explorar las
características de determinadas situaciones. También, es importante acotar que
en cualquier nivel, la enseñanza resulta vulnerable si no se reconoce que el
error es un logro intelectual realista y el fracaso un logro práctico realista,
porque la apreciación crítica del error y del fracaso constituye una base
necesaria para el perfeccionamiento. La investigación que disciplina la
curiosidad y pone en tela de juicio la certidumbre, es un fundamento adecuado
para la enseñanza.
La educación, como campo de investigación
interdisciplinario, ha tomado conceptos y teorías de la psicología, la
sociología, la antropología, las ciencias políticas, la economía y de otras
disciplinas que han sido probadas en las prácticas educativas que han dado
origen a nuevos conceptos; de ahí los inicios de la investigación educativa en
el mundo y su proceso histórico. Por otra parte, el desarrollo de un
conocimiento pedagógico fiable implica la identificación de los problemas de
investigación, los estudios empíricos, los estudios de réplica y las síntesis
de las investigaciones, así como su aplicación y evaluación. Ésta permite
adquirir una perspectiva nueva o diferente sobre la educación o sobre un
proceso educativo que genere ideas sobre cómo abordar un problema práctico
siendo de gran importancia en la medida que resuelva problemas.
Cambiar una situación también nos ayuda a
conocerla mejor. Cuando actuamos sobre la realidad para transformarla,
aprendemos cómo es verdaderamente, cómo se comporta, cuáles son las fuerzas internas
que la mueven. Transformar es también una forma de conocer. Debemos ir
permanentemente de la práctica a la teoría, y de la teoría a la práctica. De la
realidad al conocimiento, para transformar la realidad y tener nuevo
conocimiento.
La educación es entonces un instrumento de transformación social donde la
investigación, en la acción y desde la acción, con la participación del docente
indagador, crítico y reflexivo de su práctica pedagógica es una herramienta para
la producción de sapiencias y encuentros para trasmutar la
realidad, la calidad de vida, actuar con razón, con capacidad de cambio,
además sirve como estrategia pedagógica para implementar y
enseñar las acciones, valores, capacidades, habilidades a los estudiantes
formándolos de manera integral para que ellos cambien el concepto de sociedad
que se tiene actualmente.
⬀
Investigar es buscar conocimiento,
encontrar respuestas a preguntas que nos explican el funcionamiento del mundo
que nos rodea. Es democratizar el conocimiento científico para transformar la
visión que la humanidad tiene del universo y de nosotros mismos.
Desde que llegamos al mundo estamos en una
constante búsqueda de conocimiento mientras exploramos nuestro entorno. La
observación es el primer instrumento que poseemos para investigar. Es la
responsable, la mayoría de las veces, de la primera impresión que nos causan
seres vivos, objetos, fenómenos o situaciones.
El niño, con su curiosidad innata, busca
sus propias respuestas sin importar lo que ya le hayan dicho sus mayores. Es la
escuela quien debe ser fuente de inspiración para mantener esta curiosidad,
como por ejemplo la enseñanza de la ciencia por encantamiento, donde se
explican, de manera clara y con palabras sencillas, los funcionamientos de
fenómenos naturales que ocurren en la vida cotidiana. Podríamos preguntar ¿por
qué ciertas variedades de maíz sirven para hacer cotufas y otras no? ¿por qué
explotan? ¿por qué flota el hielo en agua?
¿por qué? Y así un sinfín de preguntas que se pueden contestar con
demostraciones científicas sencillas.
En la escuela, el docente también
investiga. Al observar los resultados de las estrategias planificadas y
aplicadas a su grupo de estudiantes, reflexiona y ensaya con el objetivo de
mejorar su acción.
El docente investigador, crítico y
reflexivo de su propia práctica pedagógica, no se apropia de un paradigma, si
no que toma lo mejor o más conveniente de ellas, ajustándolas a su realidad y
contexto para perseguir el ansiado aprendizaje significativo de sus alumnos.
Que maravilloso sería si en todas las
escuelas se celebraran congresos pedagógicos internos de manera periódica. Que
fuera una práctica regular, tanto como lo son la entrega de planificaciones y resultados
de evaluaciones. Que los docentes expusieran sus experiencias, éxitos y
fracasos, como inspiración para sus colegas a mirar sus propias praxis
educativas y, en el proceso, oxigenarlas.
Cuando se investiga, se transforman
conciencias y se cambian vidas.
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